La libertad de expresión es un derecho sagrado. No existe la menor duda.
Pero tampoco existe duda de que la libertad NO consiste en hacer lo que a uno se le viene en gana: Esta claro que si todos hacemos lo que nos apetece, poca libertad le van a quedar a los demás. De aquí la archiconocida expresión "tu libertad termina donde comienza la mía" (y reciprocamente).
- El derecho de admisión, mito y realidad:
En base a que los blogs son sitios públicos en manos privadas (como las tiendas, los bares,...) , cada uno puede aplicar el famoso "derecho de admisión". Ojo; NO el derecho de admisión tipo discotéca donde os juzgan por la ropa y el color del pelo (motivos subjetivos y/o discrimitarios --> ilegales) sino el "derecho de admisión" legal y reglementado que, sea cuál sea el ámbito al que se aplica, exige siempre unos motivos objetivos y ausencia de discriminación.
- El que avisa no es traidor:
Eso significa que quien tenga motivos objetivos para no desear la presencia de alguien en su blog, esta legal y legitimamente autorizado a prohibirle el acceso. Lo ideal consiste en tener colocadas unas reglas básicas de comportamiento a la entrada de su blog. Servirán de base de cara a los demás para después expulsar al troll;
Es que no hay que olvidar que los trolls son especialistas en gritar censura donde en realidad sólo hay legitimidad y legalidad frente a abuso. Para eso, se valen del hecho de que también los censores son especialistas en hablar de legalidad y legitimidad dónde en realidad apesta a censura. Y es que la amenaza subyacente de ser acusado de censor y la dificultad que conlleva para el blogger demostrar lo contrario son las armas que utilizan los trolls para pasearse en toda impunidad por la blogsfera.
Insertar en la portada una referencia a la Netiquette como ley de oro y avisar de que la güeb esta moderada es, desde mi modo de ver, ampliamente suficiente.
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